miércoles, 29 de noviembre de 2017

Mis aforismos favoritos (I)


El instinto dicta el deber y la inteligencia busca pretextos para eludirlo.
Marcel Proust
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Erotismo y poesía: el primero es una metáfora de la sexualidad, la segunda una erotización del lenguaje.
Octavio Paz
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La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad.
Francis Bacon
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El primer paso hacia la filosofía es la incredulidad.
Denis Diderot
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La fantasía no es otra cosa que un modo de memoria emancipado del orden del tiempo.
S.T. Coleridge
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Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.
Óscar Wilde
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Jamás viajo sin mi diario. Siempre debería llevarse algo estupendo para leer en el tren.
Óscar Wilde
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La desconfianza en lo evidente: el primer principio del conocimiento.
Miguel Floriano
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A la voluntad de defender a ultranza lo que uno ama yo no lo llamaría voluntad, sino potencia.
Miguel Floriano
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La muerte tiene muchos rostros, pero solo dos nos matan poco a poco: el pensamiento simbólico y el derecho del yo a no ser real.
Miguel Floriano
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No se trata de poder o no olvidar, sino de hacerlo de la forma menos frívola posible.
Miguel Floriano
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Hay algo que distingue al temperamento genial: en él la vanidad se transforma en sutil cortesía.
Miguel Floriano



martes, 28 de noviembre de 2017

Un poema de María Alcantarilla


En el artículo publicado hace justo un año en la revista El Cuaderno asociaba la actitud lírica de María Alcantarilla (Sevilla, 1983) –una de las mejores poetas de nuestra quinta, a mi modo de ver–, con una poderosa inteligencia física, entendiendo esta como la facultad de emplear la palabra para abrir mundos, para operar cambios en el esqueleto profundo de la realidad, lo mismo que hacían los antiquísimos chamanes. Al fin y al cabo no se trata más que de explotar astutamente –recojo ahora los guantes de Austin y Butler–, la capacidad performativa del lenguaje, esto es, convertir la cadena sonora en materia perdurable o, lo que es lo mismo, la sintaxis en acción y movimiento. Este estilo la aleja considerablemente de la mal llamada poesía de la experiencia y la aproxima al carácter simbólico-visionario de Claudio Rodríguez.
María acaba de publicar La edad de la ignorancia, un libro espléndido. Dejo aquí uno de los poemas que contiene, ejemplo nítido de la poética descrita.

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DOBLE O NADA

Al destino le gusta jugar a las canicas
y obviar todo el vacío en el que ha de caer,
tarde o temprano.
Maquillar el campo de recreo
de un riesgo persistente,
revolver el pulimento
y competir con dios en cuanto a fuerza.
El destino conoce la partida
pero ignora el poder
de quien distingue su código y lo obvia,
la pujanza de quien sabe combatir
sin reservarse nada para luego,
la astucia disfrazada de imprudencia
de quien sabe jugar y perder todo.



domingo, 26 de noviembre de 2017

La fortuna

       La inmensa fortuna de tener buenos amigos con los que compartir este viaje paradójico, el viaje que trae consigo la escritura de poemas, labor a veces felizmente benévola y otras mezquinamente ingrata. Cada poema es un regreso hacia el origen y, al mismo tiempo, un intento del deseo por ocupar un espacio nuevo e irremplazable.  
Aitor Francos, uno de estos buenos amigos, ha tenido esta mañana la deferencia de enviarme Las gafas de Pessoa, su libro de poemas inédito. Lo leo con gusto y admiración. Me detengo en dos versos que iluminan una parte de mí acaso olvidada, que comienzan a recorrer los senderos del aire, que tensan el hilo de la proximidad: 'Los árboles no han escrito canciones de cuna / ni han tomado la forma de una madre'. 

Un poema de María Victoria Atencia


VICTORIA

    Estaba abierto el cielo y mi hijo en mis brazos,
tan indefenso y tibio y aterido y fragante
que lo sentí una obra sólo mía, victoria
de un cuerpo paso a paso ofrecido a su cuerpo.
Lo envolví con mi aliento y él tuvo el soplo tibio
en el que una paloma se sostenía en vuelo.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Gnosis pagana

Dios es solo un nombre, otro nombre más que sin embargo escapa irreparablemente de la ciencia y de los predicados. Para el hombre neolítico, bajo el prodigio de su ignorancia, Dios estaba en la arrebatadora visión del fuego, en el culto a las llamas poderosas, definitivas. Hoy sigue estando en ese mismo principio, en el asombro y en el deslumbramiento, pero en todas sus múltiples formas, a las que la conciencia nos concede el acceso: en la energía y la virtud de lo naciente, ya sea esto causa de atroz júbilo o de decepción y envilecimiento. Dios no está en aquello que se espera, Dios no está en la posibilidad considerada; Dios está en el exilio repentino de unos labios, en los purulentos restos de un sueño destrozado por su mismo valedor.

sábado, 11 de noviembre de 2017

[…] es decir, lo que es deber se impone por sí mismo a cualquiera; en cambio, lo que proporciona verdaderas ventajas duraderas, si se pretende que se extiendan a toda la existencia, va envuelto en impenetrable oscuridad y requiere mucha prudencia para adaptar a los fines de la vida, aunque sólo sea de modo tolerable, las reglas prácticamente enderezadas a tal finalidad, a base de buscarles hábilmente excepciones. […]
Obedecer el imperativo categórico de la moralidad es cosa que en cualquier momento está al alcance de todos, mientras que sólo raras veces ocurre así con los preceptos empírico-condicionados de la felicidad, y dista mucho de ser posible para todos, aun respecto de un solo propósito. La causa es que en el primero importa sólo la máxima, que debe ser auténtica y pura, mientras que en los segundos entran también en juego las energías y aun el poder físico para convertir en real un objeto anhelado. Sería vano el imperativo que ordenara a todos que trataran de hacerse felices, pues no se ordena a nadie lo que indefectiblemente quiere ya de suyo.


[Kant, Inmanuel, Crítica de la razón práctica, Trad. de J. Rovira Armengol]

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Esta pregunta sobre su deseo le abre el mundo a la histérica, un mundo de identificaciones que la pone en cierta relación con la máscara, quiero decir con todo lo que puede, de una forma cualquiera, fijar y simbolizar, de acuerdo con cierto tipo, la pregunta sobre el deseo. Esta pregunta, que la emparenta con los histéricos, que constituye una llamada a los histéricos en cuanto tales, la identifica con una especie de máscara general bajo la cual se agitan todas las formas posibles de falta.

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Ese otro de quien no sabemos cómo acoge nuestra demanda interviene en nuestra estrategia, […], y realiza una posición paradójica del discurso. Es esto lo que quiero decir cuando les digo que el inconsciente es el discurso del Otro. Es lo que ocurre virtualmente en este horizonte del Otro, pues ahí es donde se produce su palabra en la medida en que esta se convierte en nuestro inconsciente, es decir, aquello que se presenta necesariamente en nosotros por el solo hecho de que en ese lugar de la palabra hacemos vivir a Otro capaz de respondernos.



Lacan, Jacques, Seminario 5. Las formaciones del inconsciente

lunes, 6 de noviembre de 2017

Oculta en papel

Se acumulan las buenas noticias. La revista digital Oculta, que tantos esfuerzos dedica a visibilizar la labor de los intelectuales de mi generación -y de paso separar el grano de la paja-, ha cumplido recientemente sus dos objetivos de crowdfunding y llegará al papel a finales de este año. Este número inaugural, además, recogerá una serie de poemas inéditos pertenecientes a Eterna, el libro que me encuentro preparando ahora mismo. 
Adjunto la imagen de la cubierta, obra de la artista Daria Fedotova. El combo entre la representación pictórica, altamente sugestiva, y la escala cromática que se ha escogido resulta en una increíble maravilla. ¡Prendan las rotativas!



jueves, 2 de noviembre de 2017

Esta tarde acompañaré a José Luis García Martín, Ana Vega y Catarina Valdés durante la presentación del volumen Humor, amor y filosofía, una amplia antología del viejo poeta de Navia, Ramón de Campoamor, cuya preferencia por el sermo vulgaris le trajo cierta preterición en vida por parte de la crítica erudita pero un gran éxito popular. Les esperamos.